viernes, 20 de agosto de 2010

Cóndores no entierran todos los días.

La literatura y la historia van unidas. A través de ella, se cuenta la historia de una nación, a su vez, un momento histórico puede ser la inspiración para una novela.

Cóndores no entierran todos los días, de Gustavo Alvarez Gardeazabal, relata una parte importantísima en la historia de Colombia, como lo fue la época comprendida durante finales de los años cuarenta y principios de los cincuenta, donde la violencia y los partidos políticos acaparaban la vida de los ciudadanos, y la muerte de Jorge Eliecer Gaitán, cambia el rumbo del país.

La historia transcurre en Tuluá en 1948, momento en el que el partido liberal lidera el país. León María Lozano alias "El cóndor", es un militante conservador en un pueblo casi que totalmente liberal, razón por la que es de cierto modo, discriminado por la mayoría de sus habitantes.

La obra se centra en el jefe de los pájaros, León María, nombre que se convierte en leyenda debido a su historial criminal, en el que se listan miles de liberales de Tuluá y sus alrededores.

La novela plasma la guerra entre liberales y conservadores, intereses sociales, religiosos y políticos. Una realidad colombiana personificada en León María Lozano, quien defiende sus creencias conservadoras hasta la muerte.

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