miércoles, 11 de abril de 2012

El origen de la palabra "olímpico".




Olímpico es un adjetivo que se refiere al Olimpo, monte de Grecia que según la mitología era la morada de los dioses, a Olimpia, ciudad de la antigua Grecia y a los juegos también conocidos como olimpiadas. En lenguaje cotidiano, se utiliza como sinónimo de altanero o soberbio; decimos por ejemplo, que alguien "se fue olímpicamente sin decir nada".


El Olimpo es un macizo montañoso situado en la zona norte de la Grecia continental, entre Macedonia y Tesalia. Su principal altura es el monte del mismo nombre, que se eleva a 2.920. Los antiguos griegos creían que ahí habitaban los dioses, particularmente Zeus, que a veces es mencionado con el epíteto de olímpico.

Olimpia, antigua ciudad de Grecia situada en la parte occidental del Peloponeso, era un importante centro político y religioso, muy conocido por las competencias que cada cuatro años se celebraban en honor a Zeus: los juegos olímpicos. Allí se encontraba el principal templo del dios supremo; en el que se veneraba una estatua de oro y marfil elaborada por el escultor Fidias hacia 430 a.C. La estatua medía doce metros de altura y era una de las antiguas siete maravillas del mundo. La ciudad fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1989.

Los juegos olímpicos de la antigüedad se establecieron en el año 776 a.C. y se mantuvieron hasta el 393 a.C. cuando el emperador romano Teodosio el Grande, defensor del cristianismo, le puso fin por su simbología pagana. Al comenzar el año de su celebración, Olimpia enviaba mensajeros a todas las ciudades y estados de Grecia para invitarlos a escoger sus representantes. originalmente las competencias eran de carrera pedestre y lucha. Más adelante se adicionaron las carreras de caballos y de carrozas, el pugilato y el pentatlón, así como una disciplina llamada Pancracio que combinaba el boxeo y lucha.


El certamen se cerraba el quinto día, con la carrera de hombres vestidos con sus armaduras e implementos de guerra. Ese día había sacrificios al dios supremo, banquete y repartición de trofeos. Los más codiciados eran la corona de laurel y la rama de olivo, que daban inmensa gloria a sus ganadores y les garantizaban que en adelante vivirían a costa del erario.

En 1896, por iniciativa del francés Pierre de Coubertin, los juegos olímpicos volvieron a celebrarse en Atenas. Desde entonces, tienenn lugar como en la antigüedad, cada cuatro años. El Comité Olímpico Internacional redactó el reglamento para estas competencias.

Como se mencionó al principio, la palabra olímpico también tiene significado de altanero. Es fácil deducir que se relaciona con el carácter dominante y soberbio del dios supremo del Olimpo.

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