jueves, 7 de junio de 2012

El descalzo y el mutilado

(Rafael Pombo)


Recostado a un tronco, 
cruzado de manos
lamentaba un pobre
no tener zapatos. 


Largo era el camino, 
y estaba pensando
cómo y a qué piedra
daría otro paso,
cuando un tronco vivo,
que andaba arrastrándose
pusósele en frente
pidiéndole un cuarto.


Contóle el primero
su mísero caso,
y el otro el dijo:
¡"qué! ¿Por eso hay llanto?
Tú no eres botas
para andar descalzo;
y así cual me miras
me alivio pensando
que debe haber muchos,
aún más embromados".


Estas palabritas
confortáronle algo,
y siguió con ellas
como con zapatos. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario